Buenos días a todos, mi nombre es Vivian. Tengo 18 años de edad y toda mi vida he vivido en un barrio de riesgo social. Me gradué del colegio como bachiller técnico profesional en informática, gracias a eso soy voluntaria del Centro de Alcance en mi comunidad. Trabajo en los laboratorios de computación brindando clases a jóvenes de mi comunidad desde hace 6 meses y soy voluntaria en el Centro desde hace más dos años. También colaboro con la Dirección Nacional de Intervención Social (DINIS), donde trabajamos con adultos mayores, brindándole dispensa quincenal. También trabajamos con la niñez realizando actividades de prevención a través del programa Apóstoles para la Vida y la Paz. Planificamos cines comunitarios, caminatas, reforzamiento de valores y actividades deportivas.

 

Quiero compartir con ustedes lo que vivimos día a día en mi comunidad. Somos muchos los jóvenes que deseamos estudiar y superarnos, pero nos encontramos con dificultades a diario. Muchas veces nos sentimos inseguros de poder salir de nuestras casas, ir a nuestro Centro de Alcance, o incluso nos sentimos inseguros de recibir a familiares que vengan a visitarnos, debido a la delincuencia que hay en la zona. Sabemos del esfuerzo que hacen las autoridades por cuidarnos, pero siento que necesitamos un mayor patrullaje a diario, así podríamos sentirnos más tranquilos, sabiendo que hay más orden en la calle. La delincuencia llega a tal punto, que familias se quedan sin un padre, una madre o un hijo y duele saber que ellos nunca sabrán quién es el responsable del delito. Eso no debe continuar.

 

Sueño con una comunidad tranquila, llena de armonía y paz, donde los niños no presencien actos de violencia y puedan jugar tranquilos en las calles y en la cancha, así como lo hacíamos antes. Sueño también con que nos den más oportunidades laborales a los jóvenes de mi comunidad, eso ayudará para que ellos no se involucren en actos ilícitos por necesidad de dinero o por problemas familiares.

 

Los invito a que conozcan más de mi comunidad, donde hay jóvenes talentosos, madres luchadoras, personas que trabajan por la comunidad como los maestros, patronatos, las iglesias y la red comunitaria. Todos aportamos un granito de arena para que podamos sentirnos orgullosos del lugar donde vivimos, y así lo seguiremos haciendo.

 

Muchas gracias a todos, es un placer haber compartido mi experiencia con ustedes y representar en nombre de todos los jóvenes y de mi comunidad.

 

Fin

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